GOLPE EN LA PEQUEÑA CHINA (Big trouble in Little China, John Carpenter, 1986) - ME LLAMAN MULO

sábado, 28 de enero de 2012

GOLPE EN LA PEQUEÑA CHINA (Big trouble in Little China, John Carpenter, 1986)

Diecisiete años antes de que Quentin Tarantino hiciese su particular homenaje al cine de artes marciales con su díptico Kill Bill (2003), el genial John Carpenter se dió uno de sus mas grandes hostiones en taquilla con esta genial e incomprendida locura que amalgamaba en sus 100 minutos de metraje una mezcla de géneros dispares, aventuras, comedia y fantasía principalmente.
La película se ha convertido con los años en todo un clásico de culto, recibiendo el reconocimiento que debió tener en su día, y es que, debido a su fracaso, Carpenter dejó de trabajar para los grandes estudios por el desencanto que sufrió tras durante y después de su rodaje, volviendo únicamente a manejar un presupuesto más holgado en ése vehículo de lucimiento para el patético Chevy Chase que fué Memorias de un hombre invisible (Memoirs of an invisible man 1992), la cual pasó nuevamente sin pena ni gloria por los cines, lo cual cerró definitivamente las puertas de las majors para el director.


La historia es bastante sencilla, Jack Burton (Kurt Russel) es un simpático buscavidas, con mas cara que recursos reales, el cual se ve envuelto en una extraña trama de maldiciones chinas cuando unos delincuentes chinos dedicados a la trata de blancas secuestran a la prometida de su amigo Wang Chin (Dennis Dun) en el momento en que ambos iban a recojerla del aeropuerto. Jack y Wang llegan al prostíbulo donde creen que la tienen escondida, pero antes de que puedan rescatarla aparecen unos extraños hombres con poderes sobrenaturales que se la llevan para que su lider David Lo Pan (James Hong) pueda romper una maldición que le fué impuesta hace 2000 años. En su aventura por rescatar a la chica se verán envueltos en mil y una situaciones sobrenaturales que les sobrepasarán, aunque contarán con la ayuda de un sabio anciano oriental, Egg Shen (Victor Wong).


Algunos de los mejores momentos que nos dieron los 80 fueron gracias a estos dos.
El guion era originalmente el de la secuela de esa gran WTF movie que fué Buckaroo Banzai, secuela que nunca se llegó a rodar debído al estrepitoso fracaso que resultó ésta en taquilla, Carpenter, junto con los guionistas William Goldman y David Z. Weinstein rescribieron el guión, creando un caro capricho de 22 millones de $ repleto de efectos especiales y de escenas de acción, que no da un respiro al espectador y que gracias al buen hacer del director consigue pasar como un suspiro ante nuestros ojos. Carpenter siempre fue, a pesar de los géneros que habitualmente cultivó, un director clásico en el más estricto sentido de la palabra, lo que se demuestra al ver sus películas en el dominio del scope y en supeditar siempre la realización a la narrativa, sin intentar alardes técnicos que saquen al espectador de la historia, cosa tremendamente habitual en el cine actual.



Kurt Russel está perfecto en su papel de duro patoso que actúa sin pensar, siendo una parodia de los personajes que suele encarnar en las películas de Carpenter, Dennis Dunn resulta una entrañable comparsa a Burton, siendo el que le saca de la mayoría de los apuros. Kim Katrall aporta poco más que una cara bonita aunque la química entre ella y Russell es interesante en algunas de las secuencias. Por su parte, James Hong realiza una aceptable interpretación del villano, sin ser especialmente destacable en nada pero tampoco sin molestar.

Dean Cundey realiza una magnífica labor fotografiando los excelentes decorados realizados por John Lloyd, que en cierta manera retrotraen a los de Indiana Jones y el templo maldito en su versión china. Las peleas están estupendamente coreografiadas por el habitual coordinador de las películas de Carpenter Jeff Imada y son filmadas de una manera sobria que hace que el espectador se entere en todo momento de quién está inflando a quien. Por último los efectos especiales oscilan entre lo funcional y lo cutre pero simpático, perfectos para el tono paródico que impregna la totalidad de su metraje.

En resumen, clásico a revisitar que gustará a todos los amantes del cine de aventuras sin complicaciones, a años luz de otras películas de similar temática de su época que, inexplicablemente tuvieron mucha mejor respuesta del público, como El Chico de Oro (The golden child, Michael Ritchie, 1986), y uno de los trabajos más divertidos de Carpenter, muy lejano de sus obras maestras, pero extremadamente disfrutable.


PUNTUACIÓN EN EL MULÓMETRO: 7.5

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